A finales de la década de los ’90, dos jóvenes de Texas (Estados Unidos) llamados Shane Barnard y Shane Everett llevaban cada uno una carrera musical en solitario. Barnard estaba en un grupo de jóvenes en la iglesia y publicó «Rocks won’t cry» (1998) y «Psalms» (2001). Ambos CDs fueron autoeditados. Por su parte, Everett grabó «Window to the inner court» en 2001.
Es ese mismo año de edición de sus dos últimos discos en solitario cuando deciden juntarse para alabar a Dios a través de la música. Se conocieron en la iglesia y comenzaron a ensayar. Adoptaron el nombre de Shane & Shane. Desde 2002 y hasta ahora han sacado una decena de discos y han sido nominados tres veces a los premios Dove.
La historia de la entrada de Dios en la vida de Shane Everett es curiosa. Cuando cantaba en solitario visitaba muchos bares en los que daba conciertos. Una noche, había terminado de actuar en un bar que estaba bastante sucio y «estaba todo apagado. Yo estaba sentado allí, esperando para cobrar por mi actuación. Se encendieron las luces y vi lo asqueroso que estaba todo», comentó Everett en una entrevista. «En ese momento comparé esa suciedad con mi vida. Todo estaba destruido. Mi corazón era un desastre y mi vida una ruina. En este momento, escuché al Espíritu Santo que me decía: ‘Hijo, es hora de volver a casa’ y rogué a Jesús que entrase en mi corazón», afirma.
Tras ese suceso, Shane Everett dejó el grupo de música en el que militaba. «Quiero amar a Jesús. Yo sólo quiero amar a Jesús», recuerda el cantante. Un cambio radical en su vida por el que comenzó a asistir regularmente a la iglesia, en la que conoció a Shane Barnard.
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Shane & Shane – Yearn
En agosto comenzarán una gira de conciertos por diferentes ciudades de los Estados Unidos. Un actividad que se podrá seguir tanto en su página en Facebook como en su Twitter.