
El heavy metal siempre es asociado al color negro, a los cantantes con larga melena, al inframundo y al infierno. La estética no tiene por qué determinar la religión de una persona pero son decenas las canciones de black metal dedicadas al ángel caído o príncipe de las tinieblas.
En los años 70 del siglo pasado, el rock y el heavy metal eran considerados estilos musicales anticristianos. Por entonces, un músico llamado Larry Norman compuso un tema titulado «Why should the Devil have all the good music?», traducido como «¿Por qué Satanás tiene que tener la mejor música?». Esa canción fue un éxito y muchos otros músicos de credo cristiano se animaron a hablar de Dios en sus letras.
En la década de los 80, en los Estados Unidos comenzaron a publicarse revistas sobre música cristiana y a emitirse programas de radio en los que primaban las canciones que hablaban de Jesucristo. Unos de los grandes exponentes de aquella etapa fueron los estadounidenses Stryper.
Desde entonces han surgido infinidad de bandas musicales que se acogen al estilo denominado «White Metal». Grupos como Skillet, Kutless, Within Temptation o Relient-K.
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[Canción «Rebirthing» del grupo Skillet – 3:58]
A este auge de bandas cristianas le ha secundado la creación de grandes festivales religiosos de música rock. Muchos de los grupos de música que cantan composiciones basadas en Cristo «girarán» a buen seguro por los numerosos eventos musicales que ya están programados para el próximo verano. Sobre todo en los Estados Unidos.
Cabe destacar el ‘Heaven Fest’, que este año tendrá lugar en Colorado (EE UU) el sábado 30 de julio. A él han confirmado su asistencia grandes bandas del género como As I Lay Dying, Red, Syndrome of Fire, o los anteriormente mencionados Skillet. Un mes antes –del 22 al 25 de junio– se celebrará el ‘Alive Christian Music Festival’, al que acudirán casi medio centenar de bandas de música cristiana, algunas de ellas con un importante sonido «metalero» como los House of Heroes, Switchfoot o Starfield.
A estos dos eventos se pueden añadir algunos otros como el ‘Cornerstone Festival’, en Illinois; o el ‘Rock the Desert’, en Texas. La cultura de los macrofestivales está muy arraigada desde hace años en EE.UU, de hecho existe la ‘Christian Festival Association’, una gestora que anualmente organiza más de 25 eventos de música cristiana a lo largo y ancho del país norteamericano. En todos y cada uno de esos conciertos, Dios es más importante que la música.
Un tema que siempre ha creado mucha controversia. En gran parte, si el Rock Cristiano no ha llegado a la gente no ha sido por su contenido, sino por su continente. Porque la música directamente si no era mala, sí que caía en ciertos tópicos del chico con la guitarra acústica que se sabía un par de acordes.
Uno de los problemas del Rock Cristiano ha sido precisamente ese: el saber conciliar y equilibrar la palabra y la música sin que ninguna de ellas salga perjudicada.
Me encanta esta vuelta de tuerca, este paso adelante.
Es la primera vez que escucho a Skillet y la verdad es que su música es bastante buena, muy en la línea del «nuevo Metal este entre gotiquillo, emo y demás» como Lacuna Coil y similares.
¡Saludos y a seguir así!